Las luchas obreras ganan el escenario político nacional. La extendida huelga de los fileteros marplatenses, la lucha de la juventud del Casino, la movilización de los obreros del transporte, el Bauen que gana la calle para defender la continuidad de la gestión obrera.
Por otro lado, se extienden como una mancha de aceite los reclamos por doble aguinaldo.
Lo reclaman el Cuerpo de Delegados del Subte; de la Editorial Perfil; los maestros rosarinos de Amsafe; en los edificios telefónicos, Fargo y otras fábricas de la alimentación; la papelera Kimberley de Quilmes; los bancarios y el Smata.
Crece la deliberación por todo tipo de adicionales salariales.
Frente a esa movilización, el gobierno apeló a Infantería.
El voto que obtuvo en octubre, lo transformó en carros hidrantes y bastones largos.
Aníbal Fernández, el recordado hombre del “código penal en la mano” y de la Gendarmería en Santa Cruz, molió a palos con la Federal a los taxistas, mandó la Prefectura a la juventud del Casino y reprimió por cuarta vez en el puerto del Mar del Plata.
No se puede decir que la familia oficial lo haya dejado solo.
Al revés, movió todo su elenco.
Contra el Casino se movilizó, además de la empresa, una vieja amiga de la flamante Presidenta -la burocracia del Somu.
Moreno despidió a trece trabajadores apoyado por otra amiga: la patota de UPCN.
En su edad adulta, la juventud setentista encuentra su mejor aliada en la juventud lopezrreguista.
Así se anticipa el pacto social encargado de contener el desmadre inflacionario y la crisis energética.
El “cambio recién comienza”, pero De Vido y Alberto Fernández se quedan.
Moyano amenazó con Troya, pero dejó a la vera del camino a los compañeros reprimidos.
Yasky se transformó en columnista de Clarín para defender el “pacto con contenido social”, aunque sabe que lo que dice es un verso.
El mismo está traicionando las reivindicaciones de “contenido social” de los docentes bonaerenses.
La defensa del salario, de los convenios, contra el ajuste sobre maestros y estatales, vendrá de las asambleas obreras, contra el freno de la burocracia sindical.
Más que nunca: doble aguinaldo, salario equivalente a la canasta familiar y paritarias libres.
El único ‘derrame’ que acepta este gobierno es el de los deshechos cloacales de Botnia (y de Celulosa Argentina) en el río Uruguay; el de la “burguesía nacional” en el río Reconquista; y el de los pulpos mineros y petroleros en las napas de agua de la Patagonia y el noroeste argentinos.