Como nunca antes, en la provincia de Buenos Aires, hemos asistido a un operativo orquestado de robo de boletas de las fuerzas opositoras, incluidas las nuestras, de tanta magnitud. Esto demuestra el temor que acosó hasta último momento al oficialismo, que dependía de esta provincia para evitar la segunda vuelta.
Dentro de la victoria del oficialismo, sin embargo, se destaca como fenómeno político el triunfo de sus variantes más ‘ortodoxas’, en detrimento de duhaldistas o vecinalistas, como ocurrió en Lanús, Quilmes, San Miguel, Tigre, Esteban Echeverría, Almirante Brown, Presidente Perón y Mar del Plata. Asistimos en estos casos a un proceso político que puede resultar novedoso.
La victoria kirchnerista, sin embargo, se asienta, de conjunto, en un amontonamiento de fuerzas heterogéneas. Los viejos caciques del PJ siguen dominando el escenario municipal de la provincia. El propio Scioli no es del mismo palo que el matrimonio presidencial.
El “Barba” Gutiérrez ganó en Quilmes a pesar del veto que le había impuesto la Casa Rosada y del padrinazgo de Aníbal Fernández a Villordo. El Barba sube con gran autonomía, lo que no quiere decir que sea capaz de conservarla, y puede reeditar en el Gran Buenos Aires el protagonismo del juecismo en Córdoba.
Las colectoras han permitido al gobierno capear el temporal y evitar una fuga de votos que habría comprometido la elección de Cristina. Pero, al mismo tiempo, es un indicador del grado de fragmentación política. Vamos a tener intendentes con respaldo minoritario y, encima, jaqueados por bancadas hostiles. El caso extremo es el de Lomas de Zamora, donde Rossi, el actual intendente, acaba de ser reelegido apenas con el 17 por ciento de los votos.
La campaña del Partido Obrero
En el transcurso de la campaña, abrimos cincuenta locales en la provincia. Cada apertura de local está asociada a un plan de desarrollo en las barriadas, la juventud, las fábricas y el movimiento sindical de la zona, y en la colocación de la prensa y la organización de actividades de divulgación. Editamos cuarenta plataformas locales. Centenares de compañeros oficiaron de voceros públicos del Partido Obrero y lograron un reconocimiento como tal en sus localidades.
El histórico pronunciamiento de los trabajadores de Morvillo, con motivo de la presencia de Scioli en su empresa, fue el puntapié para una campaña en las principales fábricas de la provincia, reparticiones públicas, hospitales, escuelas. Hicimos reuniones con papeleros, ferroviarios, mercantiles, choferes, plásticos, metalúrgicos, gráficos, municipales y estatales. La campaña que venimos realizando por el doble aguinaldo fue también la oportunidad para dirigirnos a los trabajadores.
Muchos dirigentes docentes formaron parte de nuestras listas; recorrimos las escuelas con nuestros planteos. Los resultados se pueden apreciar en los masivos pronunciamientos para nuestras candidaturas en La Matanza, Lomas de Zamora, San Miguel y La Plata.
Los 2.000 fiscales que defendieron el voto del Partido Obrero en la complicada y peleada jornada del domingo pasado son una muestra de la movilización y el reagrupamiento de fuerzas que logramos. En esta jornada, participaron activamente nuevos activistas que han terminado de integrarse a nuestras filas.
Hemos sufrido un retroceso marcado en materia de votos. Pero este hecho realza aún más el enorme trabajo que realizamos para lograr que un sector de la clase trabajadora que lucha y pelea no sea arrastrado políticamente por corrientes ajenas u hostiles a la clase obrera. Nuestra militancia ha estado al servicio de establecer una delimitación de posiciones en el activismo, en particular respecto del nacionalismo burgués.
La provincia y las perspectivas
La provincia está en pleno proceso de convulsión social: huelgas docentes, de los médicos y enfermeros, y de los judiciales; efervescencia y conflictos en muchas dependencias públicas provinciales y municipales.
En la industria privada tenemos la gran lucha de los trabajadores del pescado de Mar del Plata, las metalúrgicas de San Martín y zona oeste, por la inquietud salarial; lo mismo se constata entre los papeleros de Quilmes, en las alimenticias y textiles.
Scioli va a iniciar su mandato en una provincia con sus finanzas en rojo, con el agravante de que el impuestazo ya fue puesto en práctica en la provincia en 2006 con el revalúo de las propiedades -ineficaz para revertir el déficit. Todo indica, además, que ha corrido la misma suerte el publicitado aumento del impuesto a la riqueza.
La miserable oferta salarial que acaba de dar Solá a los docentes es un adelanto de la política que se viene. No debe llamar la atención, entonces, el énfasis que está poniendo Pérez, el futuro jefe de gabinete de Scioli, en la implementación de un esquema de descentralización. Con la excusa de la “autonomía” y “control de los vecinos”, se pretende transferir el sostenimiento de escuelas y hospitales a las propias comunas.
No sorprende, en este marco, la violencia policial que ha tenido lugar estas últimas semanas, como aquella de la que fueron víctimas los estudiantes de Bellas Artes de Quilmes, los vecinos de Ensenada que protestaban contra el Ceamse o los trabajadores de la textil Mafissa en La Plata, para no hablar de la presencia y represión directa de la Gendarmería en conflictos como los del pescado en Mar del Plata, o de la que acaban de ser objeto los obreros de la curtiembre Fonseca en Avellaneda. Esto va unido al reforzamiento del dispositivo y legislación antihuelgas y de regimentación sindical, que se expresa en el descuento que pretende hacer el gobierno de Solá de los días de huelga docente, que pueden llegar a quitas del 40 por ciento del salario. En este punto, también tenemos un adelanto del programa de gobierno de Scioli.
Pablo Heller
Dentro de la victoria del oficialismo, sin embargo, se destaca como fenómeno político el triunfo de sus variantes más ‘ortodoxas’, en detrimento de duhaldistas o vecinalistas, como ocurrió en Lanús, Quilmes, San Miguel, Tigre, Esteban Echeverría, Almirante Brown, Presidente Perón y Mar del Plata. Asistimos en estos casos a un proceso político que puede resultar novedoso.
La victoria kirchnerista, sin embargo, se asienta, de conjunto, en un amontonamiento de fuerzas heterogéneas. Los viejos caciques del PJ siguen dominando el escenario municipal de la provincia. El propio Scioli no es del mismo palo que el matrimonio presidencial.
El “Barba” Gutiérrez ganó en Quilmes a pesar del veto que le había impuesto la Casa Rosada y del padrinazgo de Aníbal Fernández a Villordo. El Barba sube con gran autonomía, lo que no quiere decir que sea capaz de conservarla, y puede reeditar en el Gran Buenos Aires el protagonismo del juecismo en Córdoba.
Las colectoras han permitido al gobierno capear el temporal y evitar una fuga de votos que habría comprometido la elección de Cristina. Pero, al mismo tiempo, es un indicador del grado de fragmentación política. Vamos a tener intendentes con respaldo minoritario y, encima, jaqueados por bancadas hostiles. El caso extremo es el de Lomas de Zamora, donde Rossi, el actual intendente, acaba de ser reelegido apenas con el 17 por ciento de los votos.
La campaña del Partido Obrero
En el transcurso de la campaña, abrimos cincuenta locales en la provincia. Cada apertura de local está asociada a un plan de desarrollo en las barriadas, la juventud, las fábricas y el movimiento sindical de la zona, y en la colocación de la prensa y la organización de actividades de divulgación. Editamos cuarenta plataformas locales. Centenares de compañeros oficiaron de voceros públicos del Partido Obrero y lograron un reconocimiento como tal en sus localidades.
El histórico pronunciamiento de los trabajadores de Morvillo, con motivo de la presencia de Scioli en su empresa, fue el puntapié para una campaña en las principales fábricas de la provincia, reparticiones públicas, hospitales, escuelas. Hicimos reuniones con papeleros, ferroviarios, mercantiles, choferes, plásticos, metalúrgicos, gráficos, municipales y estatales. La campaña que venimos realizando por el doble aguinaldo fue también la oportunidad para dirigirnos a los trabajadores.
Muchos dirigentes docentes formaron parte de nuestras listas; recorrimos las escuelas con nuestros planteos. Los resultados se pueden apreciar en los masivos pronunciamientos para nuestras candidaturas en La Matanza, Lomas de Zamora, San Miguel y La Plata.
Los 2.000 fiscales que defendieron el voto del Partido Obrero en la complicada y peleada jornada del domingo pasado son una muestra de la movilización y el reagrupamiento de fuerzas que logramos. En esta jornada, participaron activamente nuevos activistas que han terminado de integrarse a nuestras filas.
Hemos sufrido un retroceso marcado en materia de votos. Pero este hecho realza aún más el enorme trabajo que realizamos para lograr que un sector de la clase trabajadora que lucha y pelea no sea arrastrado políticamente por corrientes ajenas u hostiles a la clase obrera. Nuestra militancia ha estado al servicio de establecer una delimitación de posiciones en el activismo, en particular respecto del nacionalismo burgués.
La provincia y las perspectivas
La provincia está en pleno proceso de convulsión social: huelgas docentes, de los médicos y enfermeros, y de los judiciales; efervescencia y conflictos en muchas dependencias públicas provinciales y municipales.
En la industria privada tenemos la gran lucha de los trabajadores del pescado de Mar del Plata, las metalúrgicas de San Martín y zona oeste, por la inquietud salarial; lo mismo se constata entre los papeleros de Quilmes, en las alimenticias y textiles.
Scioli va a iniciar su mandato en una provincia con sus finanzas en rojo, con el agravante de que el impuestazo ya fue puesto en práctica en la provincia en 2006 con el revalúo de las propiedades -ineficaz para revertir el déficit. Todo indica, además, que ha corrido la misma suerte el publicitado aumento del impuesto a la riqueza.
La miserable oferta salarial que acaba de dar Solá a los docentes es un adelanto de la política que se viene. No debe llamar la atención, entonces, el énfasis que está poniendo Pérez, el futuro jefe de gabinete de Scioli, en la implementación de un esquema de descentralización. Con la excusa de la “autonomía” y “control de los vecinos”, se pretende transferir el sostenimiento de escuelas y hospitales a las propias comunas.
No sorprende, en este marco, la violencia policial que ha tenido lugar estas últimas semanas, como aquella de la que fueron víctimas los estudiantes de Bellas Artes de Quilmes, los vecinos de Ensenada que protestaban contra el Ceamse o los trabajadores de la textil Mafissa en La Plata, para no hablar de la presencia y represión directa de la Gendarmería en conflictos como los del pescado en Mar del Plata, o de la que acaban de ser objeto los obreros de la curtiembre Fonseca en Avellaneda. Esto va unido al reforzamiento del dispositivo y legislación antihuelgas y de regimentación sindical, que se expresa en el descuento que pretende hacer el gobierno de Solá de los días de huelga docente, que pueden llegar a quitas del 40 por ciento del salario. En este punto, también tenemos un adelanto del programa de gobierno de Scioli.
Pablo Heller