En las vísperas del 24 de marzo, al cumplirse el 35 aniversario del golpe militar genocida, el pueblo argentino viene de conseguir un triunfo histórico: Pedraza, jefe máximo de la patota que comanda la Unión Ferroviaria, ha sido puesto tras las rejas por el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra.
Por primera vez la investigación y el castigo por un crimen contra el movimiento popular no se detienen en los ejecutores directos, sino que avanza sobre sus mandantes, los responsables políticos e intelectuales.
Se trata de un triunfo conquistado gracias a la lucha y la movilización sistemática de amplios sectores de la población en todo el país, gracias a lo cual pudimos superar la complicidad del poder en todas sus variantes -político, ya sean oficialistas u opositores, sindical, empresarial.
La cárcel de Pedraza debe servirnos para ir por más. Movilizarnos el 31 de marzo para no permitir que prospere el pedido de excarcelación de Pedraza e ir a fondo en la investigación del crimen de Mariano Ferreyra, estableciendo con claridad la responsabilidad policial, empresarial y del propio Estado, en el armado de la zona liberada y en el reclutamiento de la patota. Hasta el día de hoy, la patota de la Unión Ferroviaria y de La Fraternidad sigue manejando el ferrocarril. Sus hombres están al frente de la UGOFE y en la Secretaria de Transporte. El 24 es la oportunidad para que todos juntos reclamemos que se los eche de todas las funciones y cargos que ocupan.
Reclamemos también que se investigue y castigue a los responsables del asesinato de los campesinos Qom en Formosa, caídos en una represión ordenada por el gobernador K, Insfrán, y de igual modo investigar y juzgar a los responsables del asesinato de los vecinos de Soldati, producidos a fin de año pasado en una represión conjunta de la Federal y la Metropolitana.
El 24 de marzo debe servir para impulsar una gran causa popular: terminar con la burocracia sindical que mantiene copados los sindicatos mediante patotas cobijadas en las entrañas mismas del poder. Una burocracia que apoyó el golpe militar de 1976 y fue cómplice directa de los secuestros y la desaparición de miles y miles de compañeros, y que los gobiernos democráticos reciclaron para mantener a los sindicatos como un apéndice del Estado e impedir que cumplan su función de defender los intereses de los trabajadores.
El 24 de marzo es también una oportunidad para movilizarnos contra los crímenes de las fuerzas de seguridad del gatillo fácil. En vez de avanzar en el desmantelamiento de este aparato represivo, rémora de la dictadura militar, el gobierno nacional pretende reciclarlo con una política de “seguridad democrática”, dictada por sus laderos centroizquierdistas, para reprimir las expresiones de lucha independientes utilizando los gases vomitivos y carros hidrantes.
Por estos motivos el 24 de marzo es una jornada de delimitación política con el gobierno nacional, que seguramente echará mano a los “transversales” para copar la Plaza de Mayo en función de los objetivos reeleccionistas de Cristina. Pero un 24 de marzo copado por el gobierno servirá para encubrir a la burocracia sindical, a los gobernadores terratenientes como Insfrán, a las fuerzas de seguridad que el mismo gobierno utiliza cuando los trabajadores salen del cuadro establecido por los Moyano y compañía.
La presidenta en su discurso de apertura del parlamento se volvió a quejar por la lentitud de la justicia a los genocidas, pero hace 8 años que el kirchnerismo está en el poder, es su justicia. Jorge Julio López es un desaparecido en medio de la impunidad de la bonaerense de Scioli, o sea de su bonaerense.
Por estas razones el Partido Obrero defiende al 24 de marzo como una jornada independiente, por el juicio y castigo a todos los culpables políticos, intelectuales y materiales de los asesinatos y crímenes contra el pueblo. Con estas banderas vamos a la Plaza de Mayo y a todos los centros políticos del país.
30.000 detenidos desaparecidos presentes
Juicio y Castigo a Todos los culpables
